Faltan tres minutos, la banda empieza con la intro, todo preparado para un concierto más, todo listo para una nueva entrega de buena música, más de un litro de agua ingerida que irá empapando sin remedio toalla y camiseta, los pinganillos conectados, todos los leds iluminados, los decibelios atravesando tímpanos y provocando ya descargas de adrenalina. La emoción se palpa, el ambiente se electriza. Las musas confusas se convierten en fusas y semifusas... Y Luismi preparando el último juego de músculos para poder ofrecer una vez más un gran show en el escenario de Luz de Gas que cada jueves se tiñe del mejor rock de todos los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario