domingo, 10 de octubre de 2010

¡Y fue apoteósico!

Dos días después, aún llevo encima la resaca emocional. El pasado mes de julio, Cadena 100 y TripleOnda se aliaban para devolvernos a la tierra en donde probablemente se han escrito las más bellas páginas de la historia de nuestra formación. La Sala La Mirona, de Salt, iba a ser el lugar escogido para reencontrarnos con todos esos amigos incondicionales que en tantas ocasiones nos habían acompañado en nuestras rutas por la provincia de Girona, casi una década atrás, brindándonos su apoyo y su enorme cariño. La espera ha sido larga... "en octubre..." ¡sonaba tan lejos!, pero como el tiempo es inflexible y no hay dios que lo detenga, el día esperado llegó.

Y allí estaban todos. Viejos amigos con la sonrisa en la boca y el corazón en un puño, abrazos entrañables, besos cariñosos, palabras de nostalgia dichas con el brillo en los ojos... Allí estaban, unidos de nuevo alrededor del rock que todo lo envuelve, hermanados por la amistad inquebrantable forjada por tantas noches de emoción, por el cariño auténtico, mutuo, personal e intransferible que nos convierte en una grande, enorme, inmensa familia. Allí estaban, los de siempre y muchas caras nuevas, gente joven, llamados por el halo legendario de un GrupoApache que cada vez es más dificil de olvidar, porque cada vez consigue mejor que cada nota que sale de sus instrumentos se ancle de forma definitiva en el alma de quien lo escucha, y eso va de boca en boca. Allí estaban, un gran puñado de compañeros de profesión que no quisieron perder la ocasión de abrazar a un Luismi que deja un gusto dulce allí donde va, de felicitar a todos y cada uno de los componentes de la banda por crear una atmósfera tan absolutamente increible que es capaz de acariciarnos sin tocarnos siquiera.

¿Qué digo yo ahora del concierto que no se pueda intuir ya? Se preveía una noche mágica, pero la previsión quedó humillada por la realidad. Un repertorio largamente preparado, mezclando temas cañeros con baladas antológicas, que hicieron saltar, brincar, corear, palmear, emocionarse y aplaudir a rabiar a un auditorio que se rindió al buen hacer de la banda desde el principio. Luismi reinó, creciéndose por momentos, hasta hacerse un gigante; un Antonio brillante como siempre; un Carlos absolutamente insuperable; un Diego imponente; un Chico magistral y un Isaac que ya brilla con luz propia en el escenario nos convencieron de que la música es ese fármaco maravilloso, sin contraindicación ninguna, capaz de curarnos todos los males. Luego, después de los inevitables bises finales, el camerino se llenó de amigos que querían abrazar a los chicos y rememorar épocas pasadas, entre bromas, risas y cervecitas. De esta forma, los chicos de Apache, maestros de magos, celebraban sus primeros 30 años de carrera, sus primeros 3.000.000 (tres millones) de kilómetros por carreteras de España y Europa (más de 70 vueltas al planeta Tierra), sus más de 3.000 conciertos... y de nuevo al bus, agotados pero felices, con la ilusión puesta ya en el concierto que les esperaba al día siguiente en la otra punta de España, y luego otro, y otro, y otro... Y así son ellos, nacieron para hacernos vibrar, lo saben y no piensan defraudarnos. Y aunque tienen cuerda para rato...¡¡larga vida a los Apache!!

Finalmente, nuestro agradecimiento sincero a TripleOnda y a su manager Braulio Paz, a Cadena 100 por hacerlo posible, a la sala La Mirona, que nos dió todas las facilidades y su buen hacer, especialmente a Lluis Gavaldà, su jefe de sala,  y a los chicos de luces y monitores y el resto de personal de sala, que hicieron un magnífico trabajo. Con nuestro  reconocimiento a tanto esfuerzo y a la confianza depositada, un abrazo a todos y hasta la próxima!


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