Santa Susanna y Apache: amigos para siempre

Un pájaro? un avión? no... Luismi!

La familia Apache reunida de nuevo

Llevábamos rezando desde el día anterior. Unos lo hacían a la Vírgen de la Esperanza, otros a San Judas Tadeo (el de los imposibles), otros a "San Elvis QueEstásEnLosCielos"... la cuestión era que no cayera una sola gota de lluvia. Un escenario al aire libre y el mar como telón de fondo configuraban uno de los marcos más bonitos y refrescantes de la que se considera una de las citas ineludibles en el calendario de la gira estival de Apache de todos los años (y ya van 13). Tras el susto provocado minutos antes del concierto por unos goterones como palanganas que nos obligaron a tapar corriendo equipos e instrumentos pero que duró poco (milagro, milagro!), el viento paró, el cielo se llenó de estrellas y la arena de la playa empezó a llenarse de amigos. Los hubo de todas clases, españoles y extranjeros, los que son de la comarca, muchos de ellos fieles seguidores de toda la vida, los que nos siguen desde todos los puntos de la geografía nacional allá donde vayamos, los primerizos que acudían por recomendación, los que venían arrastrados por la marea humana que llegaba desde Santa Susanna sin saber muy bien qué iban a encontrarse..., hombres, mujeres, jóvenes, mayores, niños... la familia Apache que vuelve una y otra vez.

Decidiendo los temas a tocar en la 2ª parte

Otra, otra...

Cuando canta bien le damos cerveza.

El concierto fue una maravilla. La peña se entregó desde el minuto uno, bailando, saltando y coreando, respondiendo con entusiasmo a la mínima sugerencia de un magistral e imponente Luismi, que no tardó en encontrarse en su salsa, como no podía ser de otro modo con un público así. Carlos volvió a hacer que su guitarra se emocionara y nos emocionase, arrancándole a sus cuerdas susurros, quejidos, lamentos, risas y  hasta auténticas carcajadas (Carlitos, vaya "solo" el de "Comfortably Numb", haces que nos llegue directamente al alma). Isaac nos arrancó suspiros con las melodías que brotaban desde sus teclados y nos contagió a todos del buen rollo de su guitarra rítmica con sus apariciones en el centro del escenario, siempre con la sonrisa puesta. Antonio puso de nuevo la sal y la pimienta (y el mejor aceite de oliva virgen extra de Jaén) al concierto con sus cajas de ritmos y su inigualable saber hacer. Diego marcó el ritmo a golpe de baqueta, platillo, caja y tambor sin desfallecer (tio, ya sé tu truco, ahora lo entiendo, lo de la bola vibratoria para relajar antebrazos lo tengo que probar) y Chico se marcó un temazo él solito que dejó claro que aparte de saber tocar el bajo domina la "tésnica" vocal (pollahaze muchacho!). Mientras tanto, Guille, el genio de la lámpara, lo controlaba todo desde treinta metros con su mesa digital, haciendo que todo brillara como nunca y que el sonido fuera limpio (chavalote, eres mejor que el Mister Proper y que el algodón ése, el que no engaña...) 

Dos horas y media de concierto y dos bises, nadie se quería marchar, para terminar con el "Boig per tú" (la luna, protagonista de la canción, nos miraba con cariño), mientras la peña se fundía en un último beso y un abrazo con la música que nos llevaba acariciando toda la noche y explotaban al unisono en una cariñosa ovación. Los primerizos se miraban entre si, alucinados, como diciendo... ¿pero de dónde salen estos tíos?. Ya en el backstage, Luismi quedo atrapado por l@s fans que querían un beso y una foto, o un CD dedicado. La palabra "conciertazo" era la única que salía de nuestras bocas. Nos fuimos encantados, con la alegría en el cuerpo y el recuerdo en nuestros corazones de una nueva noche inolvidable en Santa Susanna.

Nuestro agradecimiento eterno a todos los que vinísteis y a los que quisiendo no pudísteis, nuestro ánimo estaba también con vosotros. También para la organización, para los chicos de TripleOnda que siempre están ahí, entre cables y andamios, organizando de forma impecable la logística del grupo; para Braulio (nuestro manager, que siempre está detrás), su mujer Loli y su hija Ira (que además de guapísima es mi compañera en la coordinación de la red social de la banda) que no quisieron perderse la cita. Para Rai, que duerme mientras tocamos y al que confiamos nuestras vidas mientras nos lleva por esas carreteras de Dios (y del que un día os hablaré, un tipo genial y entrañable de verdad). Besos especiales para Gonzalo -45 conciertos lleva siguiéndonos-, su novia Pilu y la panda de colegas que se trajeron de Madrid..., y para Cris (amiga, musa, hada madrina, qué sé yo...), que no se pierde una y que, como siempre, nos volvió a obsequiar con su cariñosa compañía llena de elegancia, encanto y simpatía. A todos vosotros, gracias, gracias, gracias, os queremos y nada sería lo mismo sin vosotros. Un abrazo enorme y nos vemos muy pronto!!!